Tengo 37 años y una vida que para muchos sería envidiable. Pero me siento muy infeliz. Estoy cansada, triste y nerviosa todo el tiempo; pienso que en realidad no me falta nada y que soy una desagradecida en sentirme así y me odio aun más.
Hoy vine cansada del trabajo y descargué mis nervios con mi hija. Me siento horrible. Muchas veces pienso que lo mejor para todos sería que yo desapareciera, que mi hija se merece una madre normal que sepa tratarla como se merece una niña adorable como es ella. Me odio, no me soporto, me desprecio, pero no tengo valor para suicidarme. No valgo ni para eso.