Nadie sabía lo que se sentía, tener todo fuera de alcance, sentirse tan diferente a los demás. Como si estar viva fuera un error.
Hago todo mal, ya lo acepté

La única razón por la que lo hago es para que no me extrañen, porque quiero morir.
Es en lo único que pienso todos los días.
He dejado de escribir porque ya lo estaba repitiendo, pero es la verdad.
No hay consuelo, ni tampoco recompensa, esta es la realidad.
Esta vida no tiene ningún significado, al menos no para mí.
A lo mejor me equivoco en menospreciarla, pero es así como me siento.
Ya no quiero sentir nada.
Ya no quiero vivir.
Mi problema era que fui muy apasionada, siempre ideando demasiado, y la vida me azotó.
Hay veces en la que pienso si estar aquí vale la pena, que qué hay de los regalos de la vida.
La verdad es que no me interesa, ya no siento nada.
A lo mejor me equivoco en decirlo así, pero así es como me siento.

Me levanto todos los días, haciendo cosas que no quiero hacer, en una vida que no quiero tener.
Yo no puedo escapar.
No hay como escapar.
Estos sentimientos tan abrumadores, casi nadie los entiende.
Es la verdad.
Sólo espero morir.