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637 Little princess
lostgirl 20/02/13, 02:15

Mi historia se reduce a traumas. Lo que alcanzo a recordar apenas son pequeños trazos de felicidad. No tendría por que estar así. Al fin y al cabo en teoría soy feliz. 


Tengo 18 años y estudio primero de genética en la UAB de Barcelona, España. Es una gran carrera con una nota alta, de la que etsoy orgullosa.


Sin embargo hay cosas que nadie debe saber de mi,; cuando tenia 14 o 15 años, lo recuerdo vagamente me estaba masturbando en el sofa cuando entro mi abuelo en el comedor y me vio. Entonces me intento besar en la boca y me toco las tetas y me hizo sentir sucia, muy sucia. No entendia porque  lo hacia, de verdad que no. Era mi abuelos!


No se debe querer asi, me hirio tan profundo que no soy capaz de intimar con ningun chico porque me dan miedo. Me repugno tanto  mi misma que me corto.


Me estoy desquiciando por momentos. Ademas es culpa mia todo lo que pasa, soy la razon por la que discuten mis padres y me doy mucho asco


De hecho hace un par de años empecé a vomitar y lo tuve qu edejar porque me pilló mi padre. Sin embargo, ahora que no me ven lo he vuelto a hacer. Me doy tanto asco que no soy capaz de mirarme mucho rato seguido. 


De hecho, estoy my cansada. Demasiado; creo que he vivido demasiado para lo joven que soy y por ello me he puesto una fecha limite: el 1 de septiembre de 2013, una fecha sin ningun significado para mi y que supondra mi fin. Aun no he decidido como lo hare. Habia pensado dejarlo antes todo atadao pero el tiempo se me hecha encima y me duele tanto que muchas veces me cuesta respirar.


 


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Comentarios

Murphy 24/02/13, 05:00

Hola. ¿Qué tal la carrera? Supongo que habrás terminado exámenes hace poco, siempre es una época especialmente estresante... a mí me pone de los nervios :S.


El sentimiento de culpa es muy denso, ¿verdad? Quiero decir, si tuviese que describirlo con sus características físicas diría que es denso, pesado. Pesa en la cabeza, en el estómago, en los músculos. En el corazón. Es muy, muy cansado vivir con culpabilidad. Notar cada día ese peso en todas las acciones, los esfuerzos, hasta que todo parece demasiado difícil de conseguir. Sentirse como torpe, como si tus metas no fuesen para ti. Y poco a poco vas renunciando a ellas, y vas renunciando a las motivaciones, y con el tiempo a las alegrías. Al final te sientes como una sombra, una sombra muy pesada que vaga pegada al suelo.


La gente que se siente culpable no suele pensarlo, precisamente porque tiende a pensar en otra dirección influida por su estado de ánimo. Pero hay formas de salvarse, de no ser una sombra el resto de tu vida (o el tiempo que quieras concederte hasta que te rindas). No es una condena, es un estado, una situación; y como tal, se puede cambiar si sabes qué hacer.


La culpa tiene muchas fuentes, y también muchas soluciones. Todos hemos cometido errores... algunos muy duros, terribles. Y pensamos que la culpa es parte de nuestro castigo, y así podría ser. Y el castigo último sería la muerte. ¿Pero a quién ayuda nuestra muerte? Si el origen de la culpa son los errores, ¿qué mejor que buscar la manera de compensarlo con una vida de aciertos? 


Algunas veces se pueden enmendar los errores directamente. Se puede conseguir el perdón, que en parte "exime" de la culpa. Otras veces no, y hay que buscar la redención en otros lugares. Pero hay una situación en la que no existe redención posible:


Cuando te sientes culpable por errores que tú no has cometido.


¿Cómo vas a redimir las acciones de los demás? ¿Por qué vas a cargar con el sentimiento de culpa de algo que tú no has hecho? La culpa es resultado de la reflexión sobre nuestras propias acciones, es la contradicción que sentimos cuando nuestras decisiones nos llevan a errores o a situaciones dolorosas, y sabemos que son el resultado de nuestra propia voluntad. Por lo tanto, los errores ajenos, las malas decisiones, las atrocidades de los demás, escapan de la definición de culpa.


Se pueden sentir muchas cosas respecto a acciones de los demás que nos envuelven. Miedo, ira, asco, rencor, vergüenza, son sentimientos coherentes y perfectamente comprensibles. Pero ten muy, muy claro esto. Aquello no fue culpa tuya. Alguien cometió un error, y no fuiste tú. No puedes cargar con la culpa de algo que no te corresponde. 


Es perfectamente normal sentirse así, es un efecto directo de ese tipo de situaciones. Pero tienes que sacar fuerzas y racionalizarlo. Tú no has hecho nada sucio. Has sido víctima de los errores de otra persona. No puedes anclarte en esa desesperación, en el peso de ese recuerdo, porque te acabará destruyendo con la misma intensidad que si realmente lo hubieses hecho tú. NO DEJES QUE ESO PASE. No dejes que el miedo disfrazado de culpa que sentiste en aquel momento acabe con tu confianza, con tu entereza. Ni con tu capacidad de amar. ¡Te mereces poder amar a quien decidas! Sé que es difícil, y que mucha gente no comprenderá esa limitación que requiere tiempo, paciencia y mucha confianza; pero si encuentras a alguien que realmente te quiera, lo entenderá y te apoyará. Yo estuve mucho tiempo con una chica que había sufrido abusos sexuales muy graves, y como consecuencia desarrolló TEPT... llevó mucho tiempo poder tener relaciones sexuales "normales", y fue una época muy dura; pero nunca dejé de apoyarla, y con el tiempo su situación mejoró. ¿Por qué no iba a comprenderla? Ella tampoco tenía ninguna culpa de lo que le había pasado. Se merecía todo mi apoyo y más, igual que tú. Y encontrarás a quien te apoye y te cuide, sea tu pareja, tus amigos, o un desconocido al otro lado de la pantalla.


Respecto a la situación con tus padres... tienes 18 años. Siempre es una época complicada, en la mayoría de las familias. Es una transición dura, en la que hay muchos cambios y muchos altibajos; pero que se acaba superando. Tienes que discernir en esos conflictos aquellos que puedes resolver y los que no. Porque de la misma manera, no te puedes culpar por todas las discusiones de tus padres: muchas veces ellos son mucho más irresponsables que los hijos, y acaban volcando en ellos ese peso adicional que son las broncas domésticas. La comunicación suele ser la mejor herramienta en estos casos (te lo digo yo, que me cuesta mucho hablar con sinceridad con mis padres; pero siempre me acabo convenciendo, hago el esfuerzo, y suele dar sus frutos), pero sobre todo ten claro que hay que racionalizar esa culpabilidad. No te cargues a las espaldas pesos que no te corresponden.


Sé que estás cansada, pero también sé que eres fuerte. Has atravesado situaciones que nadie debería atravesar, pero has salido adelante y has llegado hasta aquí. Has sido capaz de centrarte, de esforzarte y de llegar a una carrera que te hace sentirte orgullosa (cosa que ya le gustaría a muchas personas que han tenido una vida más fácil). No te conviertas en una sombra de lo que realmente eres. Tú puedes levantarte muy por encima del suelo. Puedes romper la culpa en mil pedazos, combinando tus propias reflexiones lógicas con el apoyo de la gente que te quiere. Desechar poco a poco el dolor, cambiar la rutina de la apatía por la de la acción. Y entonces, con perspectiva, verás las cosas de otra manera. Desde el suelo no se ve el horizonte, y además desde arriba la vista es mucho más bonita. No sólo te plantearás tus metas con mucha más claridad, sino que disfrutarás del camino.


Y para eso hay un requisito fundamental. Que vivas.


La vida te ofrecerá oportunidades maravillosas, que no te las quite el miedo y el dolor. Y a las pesadillas hazles frente, que se acabarán cuando se levante el nuevo día. Ya verás cómo con el tiempo sólo tienes sueños bonitos.


 


Mucha suerte en tu camino.

 

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